Si tienes varias deudas pendientes, como préstamos personales, créditos al consumo o tarjetas de crédito, resulta difícil hacer frente a todos los pagos cada mes. Es hora de que pienses en que probablemente necesites rebfinanciar tus deudas. Mucho más si estás pagando unos intereses muy altos que hacen que tu deuda se incremente con el tiempo y se note en tu bolsillo.
En estos casos, una solución es la refinanciación de deudas, un proceso financiero que te permite modificar las condiciones de tus obligaciones y obtener mejores ventajas. En este artículo te explicamos en qué consiste y qué opciones tienes.
¿Qué es una refinanciación? Es una forma de modificar las deudas que tiene una persona, mediante un proceso financiero que busca cambios en las condiciones de las mismas.
Se trata de cambiar las condiciones para adaptarlas mejor a tu situación. Este procedimiento es común cuando hay dificultades económicas o problemas para pagar los préstamos y créditos. Para la refinanciación de deudas, ambas partes deben estar de acuerdo y firmar un contrato con las nuevas condiciones.
Existen diferentes opciones para refinanciar tus préstamos, dependiendo del tipo de obligaciones que tengas, el importe total, tu situación económica y tu capacidad de pago. Algunas de las más habituales son las siguientes:
La novación es un cambio en las condiciones de un préstamo o crédito con la misma entidad financiera. Por ejemplo, se puede pedir una novación para bajar el tipo de interés, ampliar el plazo de devolución o reducir la cuota mensual de un préstamo personal o hipotecario.
Esto requiere que el acuerdo entre el deudor y la entidad financiera, y suele implicar el pago de una comisión por novación, que suele ser del 0,1% del capital pendiente en el caso de los préstamos hipotecarios. También puede conllevar otros gastos como notaría, registro o gestoría.
La reunificación es la agrupación de varios préstamos o créditos en uno solo, que puede ser con la misma entidad financiera o con otra diferente. Por ejemplo, se puede pedir una reunificación para juntar varios préstamos personales, tarjetas de crédito o incluso una hipoteca en un solo préstamo, que puede ser personal o hipotecario.
Permite simplificar la refinanciación de deudas y obtener unas condiciones más favorables, como una cuota mensual más baja, un tipo de interés más bajo o un plazo de devolución más largo. Sin embargo, también puede suponer un aumento del coste total del préstamo, así como el pago de comisiones y gastos por cancelación anticipada, novación o subrogación.
Otra forma de refinanciación de préstamos es la subrogación; que es el cambio de entidad financiera de un préstamo o crédito, manteniendo las mismas condiciones o mejorándolas. Por ejemplo, se puede pedir una subrogación para trasladar un préstamo hipotecario a otro banco que ofrezca un tipo de interés más bajo o unas condiciones más ventajosas.
Requiere el consentimiento del banco original y del nuevo banco, y suele implicar el pago de una comisión por subrogación, que suele ser del 0,5% del capital pendiente en el caso de los préstamos hipotecarios. También puede conllevar otros gastos como notaría, registro o gestoría.
Si quieres saber cómo refinanciar una deuda, estos son los pasos que debes seguir:
Contactar con la entidad bancaria: Lo primero que debes hacer es comunicar a tu banco tu intención de refinanciar tus deudas y explicarle tu situación económica actual. Puedes solicitar una reunión presencial o enviar un correo electrónico con tu propuesta.
Esperar la respuesta de la entidad: El banco analizará tu solicitud y te dará una respuesta en un plazo determinado. Ten en cuenta que las entidades bancarias no están obligadas a aceptar la refinanciación, por lo que pueden rechazarla o poner condiciones que no te convengan.
Negociar las nuevas condiciones: Si el banco acepta la refinanciación, deberás negociar con él las nuevas condiciones de tus deudas, como el tipo de interés, el plazo o la cuota mensual. Es importante que compares las ofertas de diferentes entidades y que elijas la que más se adapte a tus necesidades y capacidad de pago.
Firmar el nuevo contrato: Una vez que hayas llegado a un acuerdo con el banco, deberás firmar el nuevo contrato de refinanciación, donde quedarán reflejadas las nuevas condiciones de tus deudas. Es recomendable que leas detenidamente el contrato y que consultes cualquier duda antes de firmarlo.
Este proceso tiene ventajas e inconvenientes, dependiendo de tu situación y de las condiciones que consigas. Estas son algunas consecuencias de refinar una deuda que debes tener en cuenta:
Pagarás menos cada mes. Al refinanciar tus deudas, podrás reducir la cuota mensual que pagas por ellas, lo que te dará más margen para afrontar otros gastos o ahorrar.
Pagarás más intereses. Al alargar el plazo de la deuda, también aumentará el tiempo que estarás pagando intereses por ella, lo que hará que el coste total sea mayor.
Asumirás nuevos compromisos. Al refinanciar tus deudas, tendrás que cumplir con las nuevas condiciones que hayas pactado con la entidad financiera, lo que puede suponer un esfuerzo adicional o una limitación para tu economía.
Aunque la refinanciación puede ser una solución para ambas partes, hay casos en donde te encuentras en la situación en la que el banco no quiere refinanciar tu deuda y no sabes muy bien por qué. Aquí te damos algunos ejemplos:
Tienes un historial negativo. Si has tenido impagos o retrasos en el pago de tus deudas anteriores, el banco considerará que eres un cliente de alto riesgo y rechazará tu solicitud.
No tienes ingresos suficientes. Si no puedes demostrar que tienes unos ingresos regulares y suficientes para hacer frente a la nueva cuota, el banco puede denegar la refinanciación.
No tienes garantías. Si no tienes ningún bien o aval que respalde tu solicitud, el banco puede exigir alguna garantía adicional para aceptar la refinanciación.
Si te encuentras en alguno de estos casos, busca otras alternativas para refinanciar tus deudas, como acudir a otra entidad financiera, solicitar un préstamo personal o unificar tus deudas en una sola.
Los préstamos personales son uno de los tipos de deuda más habituales y también se refinancian. La refinanciación de préstamos personales consiste en negociar con la entidad prestamista las condiciones del préstamo, como el interés, el plazo o la cuota, o bien solicitar un nuevo préstamo que cubra el importe del anterior y que tenga mejores condiciones.
Es una buena manera si quieres reducir la cuota mensual, alargar el plazo o bajar el interés. Sin embargo, también tiene inconvenientes, como pagar más intereses en total, aumentar el endeudamiento o perder derechos.
Antes de decidirte por la refinanciación de préstamos personales, es importante que compares las ofertas de diferentes entidades y que tengas en cuenta los costes asociados, como las comisiones por cancelación anticipada, apertura o estudio.
La unificación de deudas es una modalidad de refinanciación que consiste en agrupar todas las deudas en una sola, con una única entidad financiera, una única cuota y un único interés.
Esta opción es conveniente si tienes varias deudas con diferentes entidades, plazos e intereses, y quieres simplificar tu situación financiera.
Pero, ¿cómo puedo unificar mis deudas? Es simple, sigue estos pasos:
Hacer un balance de las deudas. Lo primero que debes hacer es calcular el importe total de nuestras deudas, los plazos que te quedan por pagar y los intereses que estás pagando por cada una de ellas.
Buscar una entidad que ofrezca este servicio. No todas las entidades financieras ofrecen la posibilidad de unificar deudas, por lo que necesitas buscar una que sí lo haga y que ofrezca unas condiciones favorables.
Solicitar la unificación de deudas. Una vez que hayas elegido la entidad, presenta tu solicitud y aporta la documentación necesaria, como el DNI, las nóminas, los recibos de las deudas y las escrituras de la vivienda si tienes una hipoteca.
Esperar la respuesta y firmar el contrato. La entidad analizará tu solicitud y tendrás una respuesta en unos días o semanas. Si es positiva, te harán una oferta con las nuevas condiciones de la deuda unificada y tendrás que firmar el contrato.
Refinanciar tus deudas es necesario si quieres mejorar tu situación financiera y reducir el estrés que supone tener varias obligaciones pendientes.
Sin embargo, debes tener en cuenta que no es una solución mágica ni gratuita, sino que implica unos costes y unos compromisos que debes asumir.
En este contexto, Bravo se presenta como una alternativa a la refinanciación y unificación de deudas. Nuestro enfoque se centra en ofrecer soluciones personalizadas que se adaptan a tu caso específico, sin recurrir a la refinanciación tradicional. Si buscas asesoramiento profesional y una estrategia a medida para manejar tus deudas, Bravo es tu aliado ideal.
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