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¿Qué es la Ley de Segunda Oportunidad para empresas?

La Ley de Segunda Oportunidad para empresas es una herramienta legal diseñada para ayudar a autónomos y pequeñas empresas a reestructurar o reducir sus deudas en situaciones de insolvencia. Aunque esta ley fue creada principalmente para particulares, permite a las empresas acogerse a mecanismos pre-concursales que facilitan la negociación de deudas con los acreedores, brindando una segunda oportunidad para quienes buscan evitar la quiebra total. En este artículo exploraremos los requisitos, beneficios y limitaciones de la ley para conocer quiénes pueden acogerse a ella y en qué casos específicos.

¿Quién se puede acoger a la Ley de la Segunda Oportunidad?

La Ley de Segunda Oportunidad se enfoca en apoyar a autónomos y particulares, aunque las pequeñas empresas pueden aprovechar algunos de sus mecanismos de reestructuración en situaciones de insolvencia. Los requisitos principales son los siguientes:

  1. Buena fe: El solicitante debe demostrar un interés genuino en resolver sus deudas de forma transparente y sin ocultar bienes.

  2. Sin antecedentes de delitos financieros: Para poder acogerse a la ley, no debe haber antecedentes por delitos contra el patrimonio o el orden socioeconómico.

  3. Deudas menores a cinco millones de euros: Solo las deudas que no exceden esta cantidad pueden entrar en el proceso.

Para los autónomos, la ley ofrece la posibilidad de cancelar parcialmente las deudas y establecer planes de pago que se ajusten a su capacidad económica. Sin embargo, para las empresas constituidas como sociedades mercantiles, no se permite una exoneración total de la deuda; en su lugar, pueden optar por una renegociación de las condiciones de pago mediante acuerdos pre-concursales y concursales.

¿Puedo ser administrador de una empresa teniendo deudas?

Una de las preguntas más frecuentes sobre la Ley de Segunda Oportunidad es si es posible continuar siendo administrador de una empresa teniendo deudas. La ley permite que los deudores, incluyendo autónomos y administradores de empresas, puedan seguir con sus actividades comerciales mientras el proceso de renegociación o concurso está en curso.

No obstante, en situaciones donde el proceso avance hacia un concurso de acreedores, el administrador puede verse relevado de sus funciones si el tribunal designa un administrador concursal. En cambio, en los acuerdos extrajudiciales de pago, es posible que el administrador se mantenga en su posición mientras trabaja en la resolución de deudas, siempre que actúe conforme a los requisitos de la ley y bajo la supervisión del juzgado correspondiente.

Cómo funciona la exoneración de deudas para empresas

La exoneración de deudas o exoneración del pasivo insatisfecho (EPI) es un recurso que permite a los autónomos y personas físicas obtener una cancelación total o parcial de las deudas, una vez se han liquidado sus activos. Para empresas, este procedimiento no contempla una exoneración total. Sin embargo, existen formas de reducir o reestructurar la deuda de manera significativa. Los pasos clave incluyen:

  1. Acuerdos con los acreedores: El empresario puede negociar reducciones de hasta un 60% en la deuda, plazos de pago extendidos o la conversión de deuda en participaciones.

  2. Homologación judicial: En algunos casos, los acuerdos alcanzados requieren la homologación judicial para asegurar su cumplimiento y evitar que acreedores soliciten embargos.

  3. Dación en pago y cesión de bienes: Se permite la entrega de bienes específicos para cubrir la deuda, siempre que los acreedores lo acepten, como un inmueble o maquinaria, lo cual ayuda a reducir la deuda sin liquidar la empresa.

Ventajas de acogerse a la Ley de Segunda Oportunidad

La Ley de Segunda Oportunidad ofrece varios beneficios a autónomos y empresas en crisis, permitiendo desde la reestructuración hasta una liquidación ordenada. Los principales beneficios incluyen:

  • Reducción de la deuda: Al negociar con los acreedores, se pueden lograr reducciones significativas en el total de la deuda, lo que alivia la carga financiera.

  • Evitar la liquidación completa: Mediante planes de reestructuración, muchas empresas pueden evitar la disolución y mantenerse operativas mientras estabilizan sus finanzas.

  • Protección de ciertos bienes personales: Los autónomos que se acojan a la ley pueden proteger algunos de sus activos personales, lo que permite mantener estabilidad personal mientras resuelven sus obligaciones empresariales.

  • Intereses y embargos paralizados: Desde el inicio del procedimiento, los acreedores no pueden añadir intereses adicionales ni embargar bienes del deudor, lo cual alivia la presión económica y permite enfocarse en la reestructuración de la empresa.

Para las empresas que buscan acogerse a la Ley de Segunda Oportunidad, el proceso legal incluye varias fases esenciales:

  1. Solicitud del procedimiento: Tanto los autónomos como las empresas deben presentar su caso ante el tribunal competente, solicitando el inicio del concurso voluntario o un acuerdo extrajudicial de pago.

  2. Evaluación de activos y pasivos: Los abogados y asesores revisan los activos y pasivos de la empresa para determinar las opciones de reestructuración disponibles.

  3. Negociación con acreedores: En esta etapa, se busca un acuerdo extrajudicial para reestructurar la deuda. Si se logra un acuerdo, la empresa puede continuar sus actividades comerciales bajo condiciones renegociadas.

  4. Liquidación de activos: En caso de no llegar a un acuerdo, se procede a la liquidación ordenada de los activos. La empresa puede disolverse si se determina que no es viable continuar operando, lo cual permite a los acreedores recibir un pago parcial de la deuda.

  5. Conclusión del proceso: En el caso de los autónomos, es posible la exoneración total de las deudas no satisfechas, mientras que para las empresas el proceso suele concluir con la liquidación de activos.

Conclusión: ¿Es la Ley de Segunda Oportunidad una buena opción para empresas?

La Ley de Segunda Oportunidad se presenta como una solución viable para autónomos y pequeñas empresas que buscan superar una situación de insolvencia y evitar la quiebra. A través de esta herramienta, los empresarios pueden renegociar sus deudas, obtener reducciones en el monto o ajustar los plazos de pago, y, en muchos casos, conservar sus activos esenciales para seguir operando. Con la asesoría adecuada, esta ley brinda una oportunidad para recuperar la estabilidad financiera y continuar adelante con el negocio.

Antes de iniciar cualquier procedimiento, es recomendable analizar la situación financiera y consultar con expertos en derecho concursal para tomar decisiones informadas. Si tienes dudas sobre cómo puede beneficiarse tu empresa de la Ley de Segunda Oportunidad, en Bravo contamos con información y recursos para ayudarte en el proceso.

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