La solvencia económica y cómo se puede calcular 

La solvencia económica es un concepto clave para entender nuestra estabilidad financiera, tanto a nivel personal como empresarial. No solo determina si podemos afrontar nuestras deudas y obligaciones actuales, sino que también influye directamente en nuestra capacidad para acceder a financiación, firmar contratos de alquiler, participar en licitaciones o establecer relaciones comerciales. 

A lo largo de este artículo analizaremos qué significa realmente ser solvente, cómo se calcula esta capacidad, qué implica el ratio de solvencia, cómo se puede acreditar la solvencia económica, qué papel juega la liquidez en este contexto y, sobre todo, cómo podemos mejorar nuestra situación financiera si nuestro nivel de solvencia no es el ideal. 

¿Qué es la solvencia económica? 

La solvencia económica se refiere a la capacidad que tiene una persona, empresa o entidad para hacer frente a sus compromisos financieros con sus propios recursos. Es decir, mide hasta qué punto somos capaces de cubrir nuestras deudas sin necesidad de recurrir a financiación externa. 

Aunque en ocasiones se utilizan como sinónimos, solvencia económica y solvencia financiera no son exactamente lo mismo. Mientras que la solvencia económica se centra en la relación entre los activos y los pasivos de una persona o empresa, la solvencia financiera puede hacer referencia a la viabilidad global del sistema financiero o a la capacidad de una entidad de sostener sus operaciones a largo plazo, considerando también otros factores como la rentabilidad o el acceso a liquidez. 

Solvencia económica vs. liquidez: ¿son lo mismo? 

Aunque están estrechamente relacionadas, la solvencia y la liquidez no son equivalentes. Entender la diferencia entre ambas es esencial para tener una visión completa de la salud financiera. 

  • Liquidez: es la capacidad de disponer de dinero en efectivo de forma inmediata o de convertir rápidamente un activo en efectivo sin perder valor significativo. 
  • Solvencia: implica tener un patrimonio neto positivo. Es decir, que el total de tus activos supere el total de tus deudas. Es un indicador más estructural y a largo plazo. 

Ejemplo práctico: 

  • Una persona que posee una vivienda valorada en 100.000 € pero solo tiene 200 € en su cuenta bancaria es solvente, pero tiene baja liquidez. 
  • Por el contrario, alguien con 5.000 € en efectivo pero una deuda inmediata de 10.000 € podría tener liquidez, pero poca o nula solvencia. 

Este contraste demuestra que tener liquidez no implica necesariamente tener solvencia, y viceversa. Ambos elementos deben evaluarse conjuntamente para entender la situación financiera real. 

¿Cómo se calcula la solvencia económica? 

Una de las formas más utilizadas para medir la solvencia económica es a través del ratio de solvencia, un indicador clave que permite valorar si el patrimonio de una persona o empresa es suficiente para cubrir sus deudas. Este cálculo, sencillo pero revelador, ofrece una perspectiva numérica sobre la estabilidad financiera y es una herramienta esencial tanto en finanzas personales como corporativas. 

Fórmula del ratio de solvencia: 

Ratio de solvencia = Activos totales / Pasivos totales 

  • Activos: Todo lo que posees con valor económico (viviendas, vehículos, dinero en cuentas, inversiones…). 
  • Pasivos: Todas tus deudas u obligaciones pendientes de pago (hipotecas, préstamos, créditos…). 

Este ratio se aplica tanto a nivel individual como empresarial y permite saber si los recursos disponibles superan las deudas acumuladas. 

Ejemplo 1: Persona física 

  • Activos: vivienda valorada en 120.000 € + 5.000 € en efectivo = 125.000 € 
  • Pasivos: hipoteca pendiente de 60.000 € 
  • Ratio de solvencia: 125.000 / 60.000 = 2,08 

Interpretación: Por cada euro de deuda, esta persona dispone de más de dos euros en activos. Esto indica una buena solvencia económica. 

Ejemplo 2: Empresa 

  • Activos: 500.000 € 
  • Pasivos: 350.000 € 
  • Ratio de solvencia: 500.000 / 350.000 = 1,43 

Interpretación: Aunque el ratio es inferior al caso anterior, sigue siendo positivo, ya que los activos superan a los pasivos. No obstante, un ratio más cercano a 2 ofrecería una mayor seguridad financiera en caso de imprevistos o inversiones futuras. 

¿Qué se considera un buen ratio de solvencia? 

En términos generales, un ratio superior a 1 indica que existen más activos que deudas, lo cual es señal de una situación solvente. Si el ratio es inferior a 1, significa que las deudas superan los recursos disponibles, lo que puede reflejar riesgo de insolvencia. 

  • Para una persona o una empresa, se considera saludable un ratio de entre 1,5 y 2,5. 
  • Un ratio muy elevado (por ejemplo, superior a 3) puede parecer positivo, pero también podría indicar que no se están utilizando los recursos disponibles de forma eficiente. 

Es importante tener en cuenta que la interpretación del ratio varía según el contexto: no es lo mismo para una empresa en expansión que para una persona que busca solicitar una hipoteca. 

¿Cómo acreditar la solvencia económica? 

Acreditar tu solvencia económica es esencial en numerosos procesos administrativos y contractuales, como solicitar una hipoteca, acceder a un alquiler, participar en concursos públicos o pedir un préstamo personal. 

Documentación habitual para acreditar solvencia: 

  • Declaraciones de la Renta (IRPF) 
  • Nóminas o justificantes de ingresos recurrentes 
  • Cuentas anuales (en el caso de empresas) 
  • Certificados bancarios de saldo y movimientos 
  • Escrituras de propiedad u otros documentos de titularidad de activos 

¿Qué es el certificado de solvencia económica? 

Es un documento formal que resume la situación patrimonial, los ingresos y las deudas de una persona o empresa. Puede ser solicitado por el propio interesado ante entidades bancarias, asesorías fiscales, notarios o incluso administraciones públicas. Este certificado es especialmente útil en trámites donde se exige demostrar de manera oficial la capacidad de pago. 

Solvencia económica en empresas y particulares: diferencias clave 

La solvencia económica se aplica de manera distinta según se trate de una persona o de una organización. 

En particulares: 

  • Tiene un papel relevante en la concesión de hipotecas, alquileres, créditos personales o seguros de vida. 
  • Las entidades financieras evalúan aspectos como los ingresos mensuales, la estabilidad laboral, el patrimonio neto y el historial crediticio. 

En empresas: 

  • Se mide mediante balances, cuentas de resultados y otros documentos contables. 
  • Es un factor clave en la concesión de créditos, en el acceso a licitaciones públicas o en la relación con proveedores. 
  • Se suelen requerir certificados de cumplimiento con Hacienda y Seguridad Social como garantía de solvencia legal y financiera. 

Comprender estas diferencias permite adaptar la forma de acreditar la solvencia según el contexto en el que se solicite. 

Consejos para mejorar tu solvencia económica 

Si tu nivel de solvencia no es el ideal, no te preocupes: existen múltiples acciones que puedes tomar para mejorarlo progresivamente. 

Reduce tus pasivos: Prioriza la devolución de deudas con altos intereses y evita nuevas obligaciones que no puedas asumir con seguridad. 

Aumenta tus activos líquidos: Fomenta el ahorro regular, invierte con prudencia y construye patrimonio estable que puedas usar en caso de necesidad. 

Crea un fondo de emergencia: Reserva entre 3 y 6 meses de gastos mensuales para cubrir imprevistos sin endeudarte. 

Revisa periódicamente tu balance personal: Conoce tus activos y pasivos, calcula tu ratio de solvencia al menos una vez al año y busca formas de optimizar tu situación. 

Mejorar la solvencia económica requiere constancia, pero también es una estrategia fundamental para alcanzar objetivos financieros a largo plazo. 

Preguntas frecuentes sobre solvencia económica 

A continuación, resolvemos algunas de las dudas más comunes relacionadas con la solvencia económica, su cálculo, su impacto y su acreditación en distintos contextos financieros. 

¿Puedo tener buena solvencia si no tengo mucho dinero líquido? 

Sí. La solvencia económica no depende solo del dinero disponible en el momento, sino del valor total de tus activos en relación con tus deudas. Aun sin mucha liquidez, puedes tener un buen ratio si tu patrimonio neto es positivo. 

¿Es obligatorio presentar un certificado de solvencia para alquilar una vivienda? 

No es obligatorio legalmente, pero muchos arrendadores lo solicitan como medida de seguridad, especialmente en zonas con alta demanda o ante contratos de larga duración. 

¿Qué ratio se considera buena solvencia? 

Un ratio de solvencia entre 1,5 y 2,5 se considera saludable. Por debajo de 1, indica riesgo financiero. Por encima de 3, podría sugerir falta de aprovechamiento de recursos (demasiados activos sin rentabilizar). 

¿Qué pasa si tengo una mala solvencia en un informe financiero? 

Tendrás mayores dificultades para acceder a financiación. Las entidades podrían exigirte garantías adicionales, aplicar tipos de interés más altos o incluso denegar el préstamo o contrato. En estos casos, es recomendable tomar medidas para mejorar tu ratio lo antes posible. 

Conclusión: La solvencia económica es una base clave para tus finanzas 

La solvencia económica no es solo un dato contable: es un reflejo directo de tu capacidad para asumir compromisos, afrontar imprevistos y avanzar con seguridad hacia tus objetivos financieros. Ya seas una persona particular o una empresa, conocer tu ratio de solvencia, aprender a acreditar tu capacidad económica y aplicar estrategias para fortalecer tu posición es clave para evitar el sobreendeudamiento y acceder a mejores condiciones de financiación. 

Si aún no has calculado tu ratio o no revisas tus finanzas con regularidad, este puede ser un buen momento para empezar. La estabilidad financiera no es cuestión de suerte, sino de información, planificación y compromiso. 

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