El consumo digital ha transformado no sólo la forma en la que compramos, sino también cómo entendemos el crédito. Entre las tendencias que más rápidamente han crecido en España se encuentra el Buy Now, Pay Later (BNPL), o “compra ahora, paga después”: una modalidad que permite fraccionar el pago de una compra en varios plazos, a menudo sin intereses. Su éxito no es casual: combina inmediatez, comodidad y la sensación de control que ofrecen las plataformas digitales.
España ya se ha posicionado entre los cinco países europeos con mayor penetración del BNPL. Según diversos informes, entre un 40% y un 68% de los consumidores españoles lo ha utilizado alguna vez, especialmente los menores de 35 años. Sectores como la moda, la tecnología o los viajes concentran la mayor parte de las transacciones, impulsadas por la expansión de empresas como Klarna o Aplazame, que ofrecen facilidades sin intereses en períodos de hasta tres meses. El fenómeno ha crecido tanto que el mercado BNPL español podría alcanzar los 8.900 millones de dólares en 2025, con un crecimiento interanual del 11,6 %

Una nueva cultura del consumo digital
A primera vista, el BNPL puede parecer la evolución natural del crédito al consumo: más flexible, sin papeleo, y con una experiencia de usuario integrada en el propio proceso de compra. Pero bajo su aparente simplicidad se esconden dinámicas que merecen una reflexión más profunda.
Por un lado, el modelo democratiza el acceso al consumo. Muchos jóvenes, con escasa trayectoria crediticia o sin tarjeta de crédito, encuentran en estas plataformas una alternativa viable para financiar sus compras. Sin embargo, esa misma accesibilidad puede convertirse en una trampa si no se acompaña de una buena gestión financiera.
Un informe del Bank for International Settlements (BIS) alerta de que los usuarios de BNPL suelen ser más jóvenes, con menor nivel educativo y una mayor carga financiera que los usuarios de productos tradicionales de crédito. La falta de experiencia y planificación puede convertir este método en una puerta de entrada al endeudamiento impulsivo: pequeñas cuotas que, sumadas, acaban generando grandes desequilibrios.
Aunque en España no existen aún datos públicos sobre la tasa de impago específica de BNPL, en Reino Unido, uno de los mercados más maduros, el 10 % de los usuarios ha tenido retrasos en los pagos y un 8 % ha abonado comisiones por mora, según datos de Financial Live (2024). Es una advertencia relevante para un modelo que sigue expandiéndose rápidamente.

Al mismo tiempo, el crédito al consumo en España continúa creciendo, impulsado por los microcréditos y el auge del BNPL. Según previsiones del sector, esta tendencia se mantendrá al menos hasta 2026, momento en el que entrará en vigor la nueva Directiva Europea de Crédito al Consumo (CCD II). Esta norma busca establecer un marco más transparente y protector para los consumidores, algo imprescindible en un contexto donde los límites entre financiación y pago instantáneo se vuelven cada vez más difusos.
En realidad, el BNPL no es el problema, sino el reflejo de un cambio cultural. El consumidor moderno valora la flexibilidad y la rapidez, pero también necesita educación y herramientas para no perder de vista su capacidad real de pago. En este equilibrio se define el futuro del modelo.
El desafío no pasa por restringir el BNPL, sino por integrarlo en una cultura financiera más madura, en la que se entienda que aplazar un pago no elimina su impacto, solo lo traslada. Usado con propósito, para gestionar gastos planificados o mejorar la liquidez a corto plazo, puede ser una herramienta útil. Usado sin control, se convierte en un riesgo silencioso que erosiona la estabilidad económica y mental de los consumidores.
Porque al final, más allá de la tecnología y la innovación, el verdadero avance está en lograr que la relación con el dinero sea más consciente, más informada y más sostenible. Si el BNPL logra incorporarse a esa lógica, puede ser una pieza clave en la evolución del crédito responsable en España. Si no, quedará como otro espejismo de bienestar inmediato con factura diferida.
Cristina Cervantes, Country Manager de BRAVO para España y Portugal
Experta en reparación de crédito con más de 14 años ayudando a personas a superar el sobreendeudamiento.



